lunes, 28 de enero de 2008

Por una nueva identidad femenina.

Casos de maltrato, asesinatos de mujeres, violaciones y abusos, aparecen constantemente en los periódicos de gran parte de los países de este planeta.

Cada día historias de mujeres víctimas de la violencia machista, de las desigualdades salariales, de dificultades muchas veces insalvables para sobrellevar la vida laboral sin tener que abandonar o posponer la familiar (lo que se ha dado en llamar “conciliación de la vida familiar y laboral”). Cada día casos de acoso sexual dentro del ámbito laboral, de tráfico de mujeres, de discriminación laboral por cuestiones de género…

Estudios sobre la violencia en el ámbito doméstico sostienen que entre el 25 y el 35% de niños que han experimentado malos tratos en su familia de origen, la reproducen con posterioridad en sus propias familias. Es una cuestión de educación en igualdad el evitar que se desarrollen este tipo de conductas. Está en nuestras manos el poder de inculcar formas de comportamiento basadas en el diálogo y la no violencia para la resolución de conflictos. Hemos de asumir que dos géneros conviven y se relacionan y esto ha de ser en plenas condiciones de igualdad.

Ante el cambio que exigimos, hemos de empezar con una autocrítica que muchas veces nos limita en la consecución de la tan ansiada igualdad. Somos demasiadas veces nosotras quienes asumimos como válidos estereotipos de corte machista que nos derivan a un plano de inferioridad o nos limitan en capacidades o funciones.

En algunos casos de maltrato aparece la denominada “unión traumática”, término que puede ser explicado por el estereotipo psicológico-tradicional que sitúa la relación afectiva, el cuidado y el mantenimiento de la relación amorosa como el atributo y fin supremo y último de la identidad femenina.

Para muchas mujeres la ruptura de una relación amorosa supone un descalabro de su mundo psicológico, un fracaso personal. Estas mujeres se hallan en situaciones tales que llegan a asumir erróneamente, que ya no se trata de un hombre que la maltrata, si no de su incapacidad para cuidar o amar.


POR UNA NUEVA IDENTIDAD FEMENINA

“Selfmade woman” es una idea emergente, mujeres que se han hecho a sí mismas, que se han inventado. Esto tiene un coste importante, como es la ruptura con modelos imperantes de femineidad, de maternidad, de esposa e hija.

La ausencia de una clara genealogía es un reto para las nuevas generaciones en la tarea de configurar una identidad femenina que sea válida para las propias mujeres. Mas no ha de ser impedimento éste que lastre el avance hacia una sociedad igualitaria donde hombres y mujeres convivan en igualdad de oportunidades, de derechos y deberes.

PCCL-PCE. Area de la mujer del COMITÉ PROVINCIAL DE BURGOS.

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