martes, 15 de enero de 2008

“LA TRAMPA EN LA QUE ESTÁN METIDOS HACE AÑOS LOS TRABAJADORES”.

La inflación de los últimos meses se ha incrementado, alcanzando niveles tan elevados que hacen que las clases populares trabajadoras sean las más afectadas y perjudicados.

Es el reflejo de un modelo social y económico sin cimientos sólidos que ha hecho crack. Este modelo se fragua en las últimas décadas y se basa en la especulación urbanística, en el consumo interior y el sector de la construcción. Los gobiernos del PSOE de Felipe González, del PP de José Mª Aznar y del PSOE de ZP, ponen las líneas maestras de lo que sólo es un castillo de naipes que no ha aguantado los bandazos económicos. Cuando el crecimiento económico español está por encima de la media de la UE y de los principales estados europeos, tiene como constantes el consumo interno y la construcción, por lo que el modelo nace ya con graves deficiencias. Cuando suben los precios del petróleo (por la escasez de un producto que se acaba) implica el aumento de la elaboración de todo tipo de productos (la maquinaria emplea hidrocarburos), del transporte (que mayoritariamente emplea hidrocarburos como combustible) y en consecuencia precios finales de venta al consumidor. Cuando hace crack el sistema, se controlan duramente la adjudicación de créditos, el cobro de las hipotecas y los créditos aumentándose los pagos y evitando morosidades, así como se rompe el sector del ladrillo que defendió la adquisición de vivienda como un bien especulativo de compra-venta generador de una riqueza ficticia.

Ahora los sindicatos dicen que van a rescatar la cláusula de revisión de los convenios colectivos.

Para el P.C.E. nunca se tenía que haber perdido. No se pueden negociar subidas sobre el IPC oficial. Ya que como todo el mundo sabe el IPC oficial lo único que pretende es ser referencia para la contención de los precios. Pero eso no quiere decir que el mercado liberalizado ponga los precios que quiera según sus particulares necesidades o sus ganas de hacer negocio y obtener beneficios.

Parece absurdo que los sindicatos no defiendan la cláusula como hemos dicho siempre, porque se pueden dar dos situaciones. La primera es que el IPC real suba sobre el oficial previsto, con lo que los trabajadores pierden poder adquisitivo (capacidad de compra y de pago de tasas e impuestos). La segunda, que no suba el IPC real sobre el oficial con lo cual no se aplicaría esta cláusula.

En cuanto a los empleados públicos todavía es peor, ya que los sindicatos aceptan la subida presupuestada del IPC oficial sin plantear negociaciones, ni movilizaciones, o presión, con lo que la pérdida acumulada desde 1992 excede ya el 20% por el desfase entre la subida real y la oficial.

En este momento de parón económico y con la crisis que se avecina, los trabajadores serán los primeros perjudicados ya que entran en la dinámica de no poder tirar del consumo interior, de no ahorrar y la inversión especulativa (viviendas, fondos financieros, etc.) dejará de ser el motor económico, los que tengan hipotecas que pagar ahora pueden llegar a arruinarse y será la de nuestro sistema económico, al sumarse además un fuerte encarecimiento de los precios de los hidrocarburos.

Esperemos que las centrales negocien realmente la cláusula de revisión, para que los trabajadores puedan afrontar sus gastos básicos y generen un cierto ahorro que suponga su protección.

Y esperemos que el gobierno busque un modelo económico basado en el aumento y la mejora de la producción y en la modernizaron de los sectores económicos estratégicos (energía, tecnología) y de producción, que aumenten las exportaciones abandonando definitivamente el modelo económico basado en actividades especulativas o que dependan de la bonanza económica y presupuestaria de los ciudadanos y familias.

No hay comentarios: