Todos los que habitualmente asistimos a la Feria Agrícola de Melgar de Fernamental, veníamos viendo en las últimas ediciones que venía disminuyendo su importancia en la exposición de maquinaria, aunque no el interés de las personas que anualmente vamos a este evento.
Es bueno hacer un análisis de la misma y buscar las ideas que la hagan mantenerse. En eso coincidimos con la alcaldesa, el ayuntamiento y el empresariado melgarense.
Es cierto que cada vez vienen menos expositores de maquinaria agraria. Este año apenas unos expositores de maquinaria agrícola y del sector ganadero nada. Es cierto que es caro trasladar maquinaria hasta un recinto ferial de una localidad. No es menos cierto que hay crisis en el campo, en particular en la población activa que trabaja en el sector. Y no es menos verdadero que Melgar es el centro de una comarca despoblada y deprimida a nivel demográfico y económico.
Pero eso no justifica el declive de la Feria de San José que mantiene una importante afluencia de personas, a pesar de que salvo, la cara la artesanía, los productos alimenticios y el enorme mercadillo que hay en las calles. Y las razones antes dichas no justifican ese declive, porque muchas de ellas también se podrían aplicar a la Feria Agraria de Lerma, con la que un día pretendió competir. Es una falta de ideas innovadoras y una apuesta clara por el modelo de Feria Agraria lo que falla en Melgar.
Este año no hemos entendido cómo se emplea el campo de fútbol para una exposición antropológica de las escasas antiguas herramientas y máquinas agrícolas, porque se degrada ya por sí el maltrecho campo con las personas que por allí transitan. Y más, cuando había espacio suficiente en los expositores de maquinaria agraria. Daba la sensación de más desolación en ambos espacios.
El hecho de las buenas comunicaciones de Melgar, que está cerca de la capital, en una zona agraria amplia de Burgos y Palencia, cerca de Valladolid, donde hacen que la 48º Feria y siguientes no pierdan su esencia agrícola y ganadera. Pero el impulso pasa por más inversiones que ha ya comprometido la Junta y por otras ideas e iniciativas.
Lo fundamental es facilitar que vengan expositores de maquinaria agrícola y ganadera. Para ello hay que dotar de instalaciones adecuadas que no supongan encarecimientos innecesarios a los expositores, y que resulten cómodas para dejar los vehículos en los que trasladan la maquinaria de la exposición. Como bien decía un expositor, la presencia en esta feria - y en otras - no es por el volumen de ventas que puedan hacer, que también, sino por el hecho de estar presentes y mostrando sus novedades. Hay que resolver sus demandas.
Si se quiere dar otro impulso a la Feria de Melgar con la importancia que debe tener hay diversificar la feria y publicitarla para que sea atractiva.
Quitar el motivo fundamental de la exposición agraria, para dejarla en la cuestión artesanal y alimentaría como grandes ejes sería un error, porque ese tipo de ferias ya abundan en la capital y la provincia enmascaradas en muchos casos como mercadillo medievales y otras fórmulas.
Respecto a impulsarla con actividades agrarias nuevas más rentables no nos parecería mal salvo que lo de los biocombustibles no nos parece adecuado (aún sabiendo la apuesta que se hace, especialmente con la planta de Castrogeriz) ya que son muy contaminantes y nos pone en contra de los acuerdos de Kyoto y de la Agenda 21 que dice defender la Diputación de la que forma parte la diputada de Planes Provinciales, Montserrat Aparicio.
También se debería implicar a los grandes ayuntamientos de la comarca para que se integren en las iniciativas, propuestas y planteamientos ya que se beneficiaran de esta actividad ferial.
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