miércoles, 22 de julio de 2009

La voracidad empresarial

Leer las declaraciones del presidente de los empresarios burgaleses Roberto Alonso a un medio decomunicación el pasado domingo 12 de julio, nos deja sorprendidos y perplejos.
Por eso desde el Comité Provincial del P.C.E. deseamos hacer a la opinión pública un análisis lo másriguroso de la posición empresarial que explica en gran medida la crispación de las centrales sindicales y de los trabajadores contra patronos y empresas.

1. Ya de por sí las declaraciones del titular son indignantes. Decir que el despido es caro en nuestro país y que eso da miedo a contratar supone sencillamente un insulto a la memoria colectiva. En este país hay hasta 15 formas de contratos temporales la mayor parte de ellos. Muchos además reciben incentivos y subvenciones. En este país no es obligatorio hacer indefinido a su trabajador, se le puede despedir antes. En este país se puede despedir por cuestiones tan poco rigurosas como el descenso en la producción y de beneficios, aún cuando los años anteriores la empresa hubiera tenido una continúa escalada de beneficios. En este país se pasó de las indemnizaciones por despido de 45 días a 33 como máximo. Y todo esto fue posible por presión de la patronal en las anteriores reformas laborales con la misma justificación que ahora: incentivar el empleo (no entendemos como se crea empleo facilitando que los/as trabajadores/as lo pierdan).

2. Dice que subir los impuestos reduce el consumo y las inversiones. Creemos que gracias a los impuestos los empresarios (bancos, automoción, construcción) ha recibido fondos públicos sin exigirles nada a cambio para no hundirse, para incentivar la compra de vehículos, o para recolocar casas que no se venden, o para financiar el Plan E. Y eso vez es por exigencia empresarial. Porque desde el P.C.E. tenemos claro que queremos la reforma fiscal progresiva (“quien más gane, que pague más”), queremos que se recuperen los impuestos de Patrimonio y Sucesiones, que graven más las grandes fortunas (la reducción no ha generado ni empleo ni inversiones), que se reduzca la jornada laboral a 35 horas. Los/as trabajadores/as con empleo estable y fijo pagan impuestos e incentiva el consumo.

3. Estaríamos de acuerdo en plantear en reducir la contratación y hacer trabajadores fijos es posible pero no a cambio de poder despedir de forma libre y gratuita, ya que no ofrece garantías a los/as trabajadores/as. Sería necesario para hacer eso suprimir del Estatuto de los/as Trabajadores/as las facilidades de despido que decíamos en el punto uno y aumentar considerablemente el control de las empresas para justificar esos despidos. No entendemos como pretenden reactivar la economía y el consumo vendiendo lo que producen facilitando que los/as trabajadores/as pierdan un empleo y su capacidad de consumo.

4. Dice que los salarios deben de subir lo que el IPC real y por eso se entiende que no suben lo que han firmado en los convenios. El señor Alonso pretende engañar a los/as ciudadanos/as porque hasta ahora los convenios generalmente recogían la subida del IPC oficial y una cláusula de revisión topada sobre el incremento del IPC real (no se cobraba nunca todo lo que había subido el IPC), evidentemente con el acuerdo sindical que siempre hemos criticado. Lo que entonces no valía, y les permitía obtener enormes beneficios a las empresas que no llegaban a los/as trabajadores/as, ahora que el IPC es bajísimo o negativo es la fórmula que le interesa a los patronos.

5. Pretende confundir en el tema nuclear del cierre de Garoña al hablar de las promesas electorales y el interés nacional. Todavía en las democracias los partidos dicen qué van a hacer si gobiernan. A través del programa electoral que votan los/as ciudadanos/as deciden cómo quieren que sea su estado. El “interés de la nación” es el interés de los empresarios según Alonso, sino de la mayoría de los que votan una opción política. Y ese “interés nacional radiactivo” es muy peligroso, muy caro y muy contaminante para generar muy poca energía.

6. Señalar que tras Garoña la comarca quedará mal al no tener sólidas económicas también sorprende. Lo de no poner empresas en “zona agrícola” es raro de leer cuando se puso una Antena Local en la zona, cuando hay polígonos industriales en marcha en Villarcayo, Medina de Pomar o Trespaderne. Y en otras zonas rurales es evidente como en Melgar de Fernamental, por no decir Lerma, Roa, Pinares, etc.
Todo con el apoyo empresarial porque dicen que tienen futuro.
Menospreciar el turismo rural y las posibilidades de la zona también choca cuando Herrera dio el
Premio Turístico a Medina de Pomar y otras localidades.

Desde el P.C.E. entendemos que antes o ahora engaña la patronal y no se implica.

Por todo ello rechazamos las declaraciones de Roberto Alonso presidente de la FAE.

Comité Provincial del PCCL-PCE Burgos.

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