jueves, 9 de octubre de 2008

El PCE sobre la apostasía

Ante la reciente sentencia del Tribunal Supremo, desde el Partido Comunista de España queremos denunciar la situación de indefensión en la que se encuentran todas aquellas personas que se amparan en la libertad de conciencia y que observan como una y otra vez su voluntad individual es ignorada por instituciones tales como en este caso concreto, la iglesia católica.

Hasta la fecha, únicamente existían dos formas de hacer efectivo el deseo de no pertenecer a dicha religión: reconocerse apóstata contra la fe católica o incurrir en “pena de excomunión”.

Pero se niega la única forma que permite de forma libre y voluntaria dejar de engrosar la lista de “fieles”.

Son muchas las personas que exigen respeto ante la asunción propia de creencias religiosas.


¿Qué sucede ante la misma petición de respeto por parte de aquéllos que defienden valores éticos y morales alejados de cualquier tipo de religión?, ¿tienen entonces que renegar del debido respeto?, ¿ha de suponer mayor tolerancia una creencia sobre otra?

El P.C.E. de nuevo manifiesta su indignación porque de nuevo la iglesia demuestra su más denostado desprecio hacia todas aquellas personas que quieren pensar por sí mismas, que guiadas por la libertad de conciencia y sin más máxima que la razón como seña, desean apartarse de aquellas doctrinas que intentan imponerse desde el nacimiento a todas las personas.

Las diversas artimañas de las que se sirve la iglesia para intentar evitar el reconocimiento de apóstata a la persona que libremente así se define, supone una constante vulneración de la realización efectiva de un derecho constitucional. Porque el Artículo 16 de la Constitución “garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades (…)”.

Desde el P.C.E. manifestamos ser contrarios a los privilegios económicos y políticos de los que disfrutan las instituciones religiosas.

El P.C.E. exige de este modo el acatamiento del legítimo derecho de los apóstatas a no figurar de ningún modo en cualquier archivo, documento, fichero o estadística relacionada con una religión, especialmente la católica.

Porque desde el Partido Comunista de España defendemos que cada persona ha de poder disponer libremente de sus propias convicciones éticas y morales.

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