Hoy celebramos el 78º aniversario de la proclamación de la II República. Una república que significó un avance cualitativo para la sociedad de la época, un avance en los derechos civiles, en la educación, en los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.
El gobierno republicano abordó el problema educativo, acometió una reforma militar cuyo objetivo fue construir unas fuerzas armadas sometidas al poder civil, separó a la Iglesia del Estado (autorizando el divorcio y el matrimonio civil), reclamó el derecho al voto de las mujeres, promulgó una Ley de Reforma Agraria que permitía la expropiación de los latifundios.
Algunas de estas reformas fueron afianzadas por el éxito, otras quedaron a medio camino.
En el estado español la República ha significado democracia, libertad, incremento de la igualdad entre hombres y mujeres, reconocimiento de los derechos económicos y sociales y autogobierno para las distintas nacionalidades y regiones.
El golpe de estado de 1936 y la dictadura fascista del General Franco fue la respuesta de la alianza de la clase terrateniente, el capital financiero y la burguesía (con el apoyo de la Iglesia católica, a excepción de algunos sacerdotes que defendieron la legitimidad republicana), a los cambios que se dieron durante los gobiernos de izquierda de la República.
La II República vino unida a la legalidad y a la legitimidad. La monarquía actual carece de estos principios. La monarquía hunde sus raíces en la dictadura fascista de Franco, un régimen surgido de un golpe de estado contra la legalidad republicana que desembocó en una guerra civil. Franco nombró a Juan Carlos sucesor.
La propaganda en favor de la actual monarquía no puede ocultar sus orígenes franquistas y la falta de legitimidad popular deriva de la ausencia de un referéndum en el que el pueblo, tras la muerte de Franco, decidiera entre monarquía o república.
Tras la Guerra Civil la población sufrió 40 años de represión y posteriormente una transición que decidió olvidar a quines lucharon contra el fascismo.
Ahora nos encontramos en un momento donde cobra importancia la Recuperación de la Memoria Histórica para dar a conocer lo que significó realmente la República. Cada año crecen los actos públicos, conmemoraciones, jornadas y celebraciones que tienen como objeto reivindicar la memoria de la II República, mas este gesto resultará insuficiente si no va acompañado de la lucha por la tercera.
La República no es un simple cambio en la forma del Estado sino un cambio del Estado mismo.
En el momento de crisis del capitalismo en el que nos encontramos, donde la precariedad se manifiesta en todos los aspectos de nuestras vidas, en el trabajo, en el acceso a la vivienda, en la educación, en la desigualdad entre hombres y mujeres, no podemos tolerar la pervivencia de instituciones privilegiadas sobre una mayoría social precarizada y empobrecida.
Para acabar con la explotación a la que nos somete el capitalismo, necesitamos formas de participación directa de la clase trabajadora y los sectores populares, necesitamos nuevas formas de intervención política que garanticen nuestros derechos.
La Constitución reconoce en primer lugar los privilegios reales y después habla de la igualdad de todos ante la ley.
Según el artículo 56 de la Constitución “la persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”.
La Constitución otorga al monarca atribuciones que el pueblo no tiene como derechos, entre otros, puede convocar un referéndum, oponerse o disolver las Cortes, conceder indultos o declarar la guerra.
No está sometido al control judicial, puesto que es impune; tampoco está sometido al control político, puesto que no se presenta a elecciones y no tiene que rendir cuentas al Parlamento por sus actuaciones. No está sujeto ni tan siquiera al control de la prensa, puesto que no se puede hablar del rey.
En el momento en que el pueblo no tiene capacidad de elección sobre quién ha de representarle en la Jefatura de Estado siendo este es un cargo que se obtiene por línea sucesoria, ¿acaso no nos encontramos ante un obstáculo a la soberanía popular, ante un ataque al ejercicio de la democracia, ante una vulneración de derechos?
Es necesario reabrir el debate sobre las ideas de libertad, de justicia, de igualdad.
Debemos avanzar definitivamente hacia una sociedad completamente democrática que nos permita defender nuestros derechos, participar activamente, decidir. Se trata de incrementar nuestra capacidad de participación política en un marco donde se asegure la elección de los representantes y su revocabilidad, algo imprescindible para hacer realidad la soberanía popular.
Necesitamos luchar por la consecución de la tercera república, una república con democracia participativa, construida por todos y todas.
Consideramos imprescindible el conocimiento de nuestra historia republicana, el reconocimiento de la legitimidad y legalidad de la II República y la recuperación de la historia de este periodo democrático. Exigimos al Gobierno la reforma de la Ley de la Memoria para posibilitar la anulación de todos los juicios y sentencias de los tribunales franquistas como reconocimiento político de los hombres y mujeres que fueron víctimas de la represión durante la dictadura fascista, hombres y mujeres que fueron quienes defendieron los valores del legítimo Estado republicano existente entonces.
Para quienes aquí estamos, la conmemoración de la proclamación de la II República adquiere un triple objetivo:
- reivindicar la memoria histórica democrática republicana
- reconocer el trabajo y la entrega de tantos hombres y mujeres que lucharon por los ideales republicanos y contra el fascismo
- reafirmarnos en el republicanismo federal, democrático, laico y solidario por la justicia social
Queremos hacer un llamamiento al conjunto de la ciudadanía, hombres y mujeres de izquierdas, republicanos, socialistas, comunistas, libertarios, feministas, ecologistas, a defender la memoria y los valores de la Segunda República de los trabajadores y trabajadoras, de la paz. A denunciar y combatir las acciones que pretenden denigrar la realidad de lo que fue la II República.
No se puede rendir mejor homenaje a quienes lucharon por la defensa de la II República, que trabajar por la llegada de la tercera.
¡VIVA LA REPÚBLICA!
JUVENTUDES COMUNISTAS (UJCE), PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA (PCE)
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