Es de sobra conocido el rechazo del P.C.E. a la energía nuclear que nos lleva a participar todos los años en la “Marcha a Garoña”, así como apoyar esta manifestación.
Seguimos creyendo que no será la energía nuclear, que de nuevo se pretende potenciar desde la UE como motor energético, la que solucione el calentamiento climático y las emisiones de CO2. Sencillamente responde a que la UE quiere dar un espaldarazo a las empresas eléctricas y grupos financieros-industriales estatales, supranacionales de la UE y multinacionales, para diversificar sus inversiones y generar más beneficios.
La energía nuclear no es ningún sustitutivo de la térmica (del carbón) ni del petróleo, ya que el uranio también se agota y es caro en su explotación, transporte y tratamiento.
La energía nuclear es peligrosa. Ahí están los accidentes de la Isla de Man, Harrisburg, Chernobil o las frecuentes fugas de Vandellós. De hecho las graves averías que sufre Garoña no son solucionables por estar tanto en el reactor como en las tuberías.
La energía nuclear es sucia o contaminante. Los efectos sobre los seres humanos en Hiroshima y Nagasaki, o en Chernobil, los experimentos militares en Los Álamos (Nevada - EE.UU. -) o en el atolón de Mururoa (de Francia) son evidentes, con trágicas malformaciones y discapacidades duraderas durante varias generaciones.
La contaminación del agua, el aire y el suelo es devastadora y mortal. Los residuos nucleares son difíciles y muy costosos de almacenar porque duran miles de años, ya que no hay ningún material que pueda tenerlos indefinidamente aislados para que no se estropeen y liberen la radiactividad en caso de ser enterados. Y las instalaciones en superficie son caras y tienen riesgos.
Los proyectos de cementerios nucleares en nuestra comarca o de Salinas de Rosío en Burgos, sólo sirven para descongestionar el actual cementerio de El Cabril y las piscinas abarrotadas de residuos nucleares de las centrales en funcionamiento como la de Garoña. La propuesta del PP castellano-leonés o del ministro Sebastián para incentivar fuertemente a los municipios que pongan un cementerio nuclear muestra esta peligrosidad, ya que ese dinero se podría emplear en esas zonas predispuestas para desarrollarlas sin necesidad de almacenar basura tan
peligrosa. Ni la comarca del Odra-Pisuerga, ni la provincia de Burgos pueden admitir que se ponga por su peligrosidad un basurero nuclear, da igual que se llame Almacén Geológico Profundo (AGP) que quedó descartado, o un Almacén Temporal Centralizado (ATC) con un Centro Tecnológico Asociado. Los residuos estarán allí siempre, se llame como se llame el espacio que los contiene.
La aceptación de la política energética nuclear por parte del PP y del PSOE (que no quiere cerrar Garoña de forma inmediata) debe ser contestada socialmente, definiendo un modelo alternativo que además es barato y muy rentable a medio plazo para nuestro estado como es el uso de la energía solar y la eólica.
El resto es alargar la agonía de un planeta (el único apto para las especies conocidas) ya de por sí muy deteriorado por los graves problemas medioambientales.
Burgos, 22 de agosto de 2009
Comité Provincial del PCCL-PCE Burgos
Comité Provincial del PCCL-PCE Burgos
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