Este año el 1º de Mayo “Día Internacional del Trabajo” debe de ser más concienciado y combativo que en las últimas décadas.
La crisis económica ha estallado en un mundo globalizado donde el enriquecimiento y el consumo generalizados parecían ser la panacea, hasta el punto de que Zapatero llegó a prometer y diagnosticar el “pleno empleo” en la presente legislatura.
No ha sido así. Un crecimiento económico basado en la especulación financiera, que lanzaban valores y productos artificiales, no podía ser la solución al enriquecimiento continuado de las empresas y de los grandes capitales.
En España esa crisis ha sido tanto más dura y por lo tanto será más larga de superar, porque a la especulación financiera antes dicha, se une la especulación inmobiliaria con la construcción desorbitada, poniendo la posesión de la vivienda como fuente de inversión prioritaria y de riqueza, acumulándose y construyéndose de forma tan acelerada que era evidente que el crecimiento económico español no podría sostenerse durante décadas con este modelo.
Si las grandes potencias más industrializadas, con sectores productivos de gran implantación e importancia, tecnológicamente muy avanzadas, se han visto arrastrados por la crisis del sector bancario y financiero, era evidente que en España sería peor.
La clase trabajadora en España, durante estas décadas de artificial crecimiento, ha sufrido una brutal desregulación del mercado laboral, donde la precariedad se ha establecido con reformas laborales que aumentaban los distintos modelos de contratos (de formación, de relevo, etc.), se facilita el despido por razones organizativas y económicas de las empresas, que hacen contratos indefinidos sin que permitan dar seguridad, tranquilidad y estabilidad a los trabajadores, que han congelados sus salarios o no han tenido incrementos importantes a pesar de que los beneficios empresariales se disparaban.
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Durante esta crisis las recetas del gobierno para salir de ella, de nuevo favorecen a las grandes fortunas: crean los SICAV, reducen su fiscalidad, quitan los impuestos de Sucesiones y de Patrimonio, dan dinero a los bancos y empresas (esos que querían la no intervención del estado, ahora quieren su dinero, pero no su control y ZP se lo da).
Y a pesar de todo, el paro es galopante. Se acerca aceleradamente a los 5 millones. Se hunden empresas, otras se deslocalizan a pesar de dar beneficios, no se cambia el modelo productivo, no se apuesta con claridad por el I+D+i, hay un auténtico caos y faltan orientaciones en el modelo educativo (especialmente en la FP) puesto que el futuro pacto será sobre si hay más cursos de Bachillerato, y más o menos laicismo.
Y las recetas del gobierno y de las patronales son llegar al despido casi libre de baja indemnización o sin indemnización, aumentar la edad de jubilación a los 67 años, y el posible aumento de los 70 años para funcionarios, pérdida de derechos sociales adquiridos, la degradación y el copago de servicios públicos universales como la sanidad.
Ante esta situación este 1º de Mayo debe ser especialmente combativo, reivindicativo y con propuestas claras de izquierda.
La crisis deben pagarla los que la han generado: los ricos y especuladores.
Desde el P.C.E. pedimos una reforma fiscal progresiva, sanciones duras a los que despidan sin causa lógica, un aumento en las inspecciones de trabajo y de Hacienda para combatir la precariedad, los déficits en salud e higiene laborales y el fraude fiscal. Así como un pacto para cambiar el modelo económico basado en empresas productivas y no especulativas. Y por último una mayor inversión pública en infraestructuras, servicios esenciales, tejido productivo y creando entidades financieras públicas.
¡ POR LA DEFENSA DE LOS DERECHOS LABORALES Y SOCIALES ADQUIRIDOS !
¡ POR EL EMPLEO ESTABLE Y CON DERECHOS !
¡NO A LA JUBILACIÓN A LOS 67 AÑOS !
¡ VIVA EL 1º DE MAYO !
¡ VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA !
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1 comentario:
Estaría bien pero al final directa o indirectamente la pagaremos los de siempre.
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