Para el P.C.E. hacerlo antes de las fechas señaladas y con tantos días de antelación sobre la Navidad, sólo responde al interés de los comerciantes para que los burgaleses consuman más y antes de las fechas navideñas. Lo cual no es posible sólo con este “estímulo”, ya que depende de otros factores: situación de las economías familiares en este periodo de crisis con despidos y ERE´s temporales, alta precarización del empleo y las condiciones laborales, etc.
Debemos recordar cuando los motivos navideños se ponían y se iluminaba la ciudad justo la semana antes de que empezaran los días destacados de estas fiestas.
Posteriormente la fiebre consumista potenciada desde los grandes almacenes y superficies, hizo que esta decoración navideña empezara en el gran puente de la Constitución, puesto que muchos ciudadanos adelantaban sus compras navideñas antes de que se disparasen los precios de los alimentos, los productos propiamente navideños y de los regalos característicos de esta festividad. Esos grandes almacenes encendían su propia iluminación.
El Ayuntamiento se amoldó a esa circunstancia y entró en el juego de empujar a los ciudadanos al consumo desaforado. Tal vez para ayudar a los comerciantes, o simplemente porque la filosofía capitalista de la que hace gala es que los ciudadanos gasten, porque eso supone más ingresos indirectos para la Corporación.
Es un hecho que estos motivos decorativos no responden ya al espíritu navideño, sino a fomentar las ventas de los comerciantes. De hecho vemos prácticamente los mismos motivos en las fiestas patronales.
Luego hablan los políticos conservadores de las tradiciones católicas, cuando está claro, porque así lo han dicho los concejales del PP, que los horarios de encendido se amoldarán a los horarios comerciales, cosa que ni siquiera cumplen, ya que la iluminación sigue encendida bien acabados éstos. Cada vez las bombillas navideñas ocupan más calles y el presupuesto se desborda.
Tampoco hay ahorro energético por mucho que se produzca una reducción del consumo energético en los adornos como dicen. Para evaluar esto hay que saber si es: ¿por día? o ¿por todo el periodo festivo? Si fuera lo primero, la reducción del coste al final del periodo, es escaso. Si es por todo el periodo, este menor coste sería aún muy inferior si el alumbrado se encendiera, por ejemplo, desde el 17 de diciembre.
Por último desconocemos por qué no contribuyen con los gastos de la iluminación los principales beneficiados para los que se hace este adelanto sobre las Navidades: los comerciantes.
En definitiva, el alumbrado navideño supone un hecho mercantilista más, un derroche económico y un disparate energético.
Burgos, 9 de diciembre de 2009
Comité Local del PCCL-PCE
Comité Local del PCCL-PCE
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